jueves, 10 de diciembre de 2009

El plástico ha sido durante años un dolor de cabeza para quienes se preocupan por la preservación limpia los recursos naturales. Millones y millones de bolsas de basura, recipientes, utensilios de todo tipo y hasta productos de alta tecnología (que deberían ya llevar un sello ambiental por la conciencia que existe en el tema) contaminan cada vez más nuestro entorno.

Sin embargo, existen esfuerzos sorprendentes en distintos puntos del planeta no sólo por neutralizar el efecto negativos del plástico, sino también por lograr que éste sea más bien un amigo de la naturaleza. ¿Cómo lo logran?

En Korea, un nuevo plástico


Según una noticia difundida por CNN, un equipo de científicos de la Universidad KAIST en Seúl ha logrado producir polímeros a través de la bioingeniería, en lugar de utilizar combustibles fósiles. Los polímeros son macrocélulas orgánicas a partir de las que se fabrican los plásticos de uso común, como botellas o bolsas de supermercado. Según afirman su creadores, esta nueva técnica permitirá la producción de plásticos biodegradables y de baja toxicidad.

La investigación se centró en el Ácido Poliláctico, o PLA, un polímero constituido por moléculas de ácido láctico que se degrada fácilmente en agua y en óxido de carbono.

"El poliéster y otros polímeros que utilizamos todos los días derivan en su mayoría de combustibles fósiles producidos en una refinería a través de procesos químicos", explica el profesor Sang Yup Lee, responsable de la investigación. "La idea de producir polímeros a partir de biomasa renovable ha atraído gran atención por las crecientes preocupaciones sobre el clima".

Según sus creadores, el PLA, que es biodegradable y de baja toxicidad supone una buena alternativa a plásticos basados en petróleo. Hasta ahora se venía produciendo en un costoso proceso de fermentación y polimerización química. Sin embargo, los científicos coreanos lo han conseguido con la modificación metabólica de una bacteria llamada Escherichia coli. "El calentamiento global y otros problemas medioambientales demandan que desarrollemos procesos sostenibles basados en energías renovables", asegura Sang Yup Lee.

El plástico Oxo-biodegradable, una opción

Desde el Reino Unido, un teléfono que se convierte en flor


Investigadores de la Universidad de Warwick, en Inglaterra, han fabricado carcazas de teléfonos celulares a partir polímeros biodegradables. Los científicos han diseñado una cubierta de teléfono móvil biodegradable que se desintegra en el suelo cuando es desechado y se convierte en una flor debido a que en el interior de la carcasa hay una semilla.

Esto puede ser una muy buena noticia tomando en cuenta que millones de teléfonos móviles son desechados todos los años a medida que la industria saca nuevos modelos.

"Es una gran novedad en la industria de los teléfonos móviles, y los consumidores están felices porque sienten que están haciendo algo por el medio ambiente local", dijo Kerry Kirwan, de la Universidad de Warwick.

Los diseñadores han asegurado al concienciado usuario que la semilla, implantada en una pequeña ventana transparente, sólo germina cuando la cubierta del teléfono es desechada.

"Hemos puesto semillas de girasol en las carcasas piloto, pero estamos trabajando con científicos hortícolas para identificar qué otras flores funcionarían mejor. Quizá podríamos poner amapolas o rosas la próxima vez", dijo Kirwan.

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En España, un carro de carreras no contaminante


Con motivo del comienzo del ‘Gran Premio Telefónica de Europa de Fórmula 1’, en el Valencia Street Circuit, el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas) expuso el primer carro de carreras de F3 ‘WorldFirst’ fabricado con materiales de fuentes renovables a base de vegetales como zanahoria, soja, patatas y yute, entre otros, sustituyendo a la fibra de carbono.

Aimplas participó en el desarrollo y fabricación del difusor anterior del monoplaza de F3 empleando materiales de fuentes renovables. Para su fabricación, el Instituto combinó las propiedades del tejido de yute y una resina procedente de aceite de soja.

El monoplaza ‘WorldFirst’ forma parte de una iniciativa liderada por la Universidad de Warwick (Reino Unido) que pretende demostrar la validez de los materiales procedentes de fuentes renovables en las condiciones de uso más exigente, reduciendo de esta manera la dependencia del petróleo para la fabricación de polímeros y apostando por procesos productivos más sostenibles.





Nuevos formas de hacer plásticos, nuevos usos de los plásticos, nuevas formas de reutilizarlos... La realidad por la que está atravesando nuestro planeta en materia ambiental hace que ejemplos como los anteriormente vistos sean, más que curiosidades, una necesidad a la que la ciencia le está haciendo frente.